En psicología el concepto de identidad personal se refiere al sentido que damos a nuestro propio ser único, diferente a los demás y continuo en el tiempo. Es el guión mental que hacemos cada persona de los valores y comportamientos que nos ha transmitido nuestra cultura, integrándolos conforme a nuestras características individuales y nuestra experiencia social. Es decir, la idea que tenemos de nuestra individualidad y de nuestra pertenencia a ciertos grupos.
Ayer hablaba con una querida alumna que tomó la formación de Lectora de Registros Akáshicos Nivel I y me comentaba acerca de como está logrando identificar relaciones con patrones nocivos que sólo le generan daño. Charlábamos acerca de los contratos álmicos, identidad y lo que sucede cuando uno es demasiado rígido y apegado a estos dos conceptos y se enfrenta a la llegada de los nuevos paradigmas: disonancia cognitiva.
Al transitar nuestras encarnaciones hemos generado diversos tipos de contratos álmicos con muchísimos seres. Estos contratos fueron necesarios en su momento, de común acuerdo, porque las partes "firmantes" tenían que vivir determinadas experiencias para que las almas implicadas aprendieran tal o cual lección de esa experiencia.
Así fue como todos hemos sido víctimas y victimarios porque para llegar a acceder a una encarnación en este momento particular de la Raza Humana en la que para todos está disponible la "iluminación", primero debíamos aprender que había algo que iluminar.
La formación de la identidad de un individuo depende de la cultura y el periodo histórico en el que vive. El entorno en el que nace transmite unos valores y una forma de actuar y de pensar; por ejemplo, el sistema de castas en la India considera que el contacto de los brahmanes (la casta sacerdotal) con miembros de castas inferiores los contamina.
A medida que vamos transitando este maravilloso salto cuántico, los velos de los viejos paradigmas caen. Cada vez despertarán más y más Seres Humanos a esta verdad.
Los contratos álmicos se disuelven, sólo se mantendrá la lealtad al Propósito de La Fuente. ¿Cuál es el Próposito del Plan Divino? Crear un Ser, en la más alta densidad de la materia, que disponga de todas las virtudes del Padre Absoluto. Estamos hablando de un Proyecto nunca antes visto.
Claramente para lograr este Propósito hemos tenido que andar un muy, muy, muy largo camino, pasando por cinco humanidades anteriores Polar, Hiperbórea, Lemuria, Atlántida y Aria. Actualmente estamos formatando la Humanidad Solar o Crística y posterior a esta actual vendrá la Humanidad Paradisíaca. En otras palabras, aún estamos trabajando en ello. Todos hemos venido aquí a ayudar para cumplir con el Pan Divino.
Mientras tanto volviendo al aquí y ahora, como todo Ser Humano, tenemos diferentes mecanismos que nos ayudan a "sentirnos parte" de algo. El Ser Humano necesita "pertenecer". Para ello, a veces, hará cosas que van en contra de su bien mayor, porque por "pertenecer" a determinado grupo, sacrificará de cierta forma su Verdadero Ser por las caretas que ese grupo social, la cultura, el país, etc, etc, etc, le soliciten para encajar en ese molde.
Así como el DNI (Documento Nacional de Identidad) define ciertos rasgos específicos del individuo (sexo, edad, nacionalidad), la identidad la solemos basar en un conjunto de rasgos individuales (estado civil, empleo, aficiones…) pero también grupales (cultura, religión, normas sociales).
Entonces podemos comenzar a observar como cada cual, con su nivel de consciencia, tratará de hacer lo mejor que puede. Cuando hay un choque entre los viejos paradigmas que hemos sostenido a lo largo de eones y los nuevos paradigmas que están llegando se puede producir un choque en la psique que activará alarmas de "supervivencia"
La disonancia cognitiva es una teoría en la psicología social. Se refiere al conflicto mental que ocurre cuando los comportamientos y creencias de una persona no concuerdan. También puede suceder cuando una persona tiene dos creencias que se contradicen entre sí.
"La disonancia cognitiva causa sentimientos de intranquilidad y tensión, las personas intentan aliviar esta molestia de diferentes maneras. Los ejemplos incluyen “explicar las cosas” o rechazar información nueva que contradice sus creencias existentes.
El psicólogo Leon Festinger publicó su teoría de disonancia cognitiva en su libro de 1957, A Theory of Cognitive Dissonance.
Festinger propuso que las personas experimentan molestias cuando tienen creencias contradictorias o cuando sus acciones contradicen sus creencias.
Las personas intentarán reducir esta disonancia para aliviar la molestia. El impulso de resolver la disonancia es conocido como “principio de la consistencia cognitiva”.
La disonancia cognitiva tiene el efecto inmediato de causar sentimientos de malestar e intranquilidad.
Ya que las personas generalmente tienen un deseo innato de evitar esta molestia, la disonancia cognitiva tiene un efecto significativo en lo siguiente:
comportamientos
pensamientos
decisiones
creencias y actitudes
salud mental
Las personas que experimentan disonancia cognitiva pueden notar que se sienten:
ansiosas
culpables
avergonzadas
Como resultado, pueden:
intentar ocultar a los demás sus acciones o creencias
racionalizar sus acciones o elecciones continuamente
alejarse de conversaciones o debates sobre temas específicos
evitar conocer información nueva que va en contra de sus creencias existentes
atacar a los demás, disminuyéndolos.
Por supuesto, la disonancia cognitiva puede hacer que algunas personas cambien su comportamiento para que sus acciones coincidan con sus creencias. De esta manera, proporciona a las personas la oportunidad de examinar sus valores y acciones y lograr una consistencia cognitiva."
Tenemos un cóctel explosivo entre los contratos álmicos, la identidad que cada uno se crea para encajar y la disconancia cognitiva que se produce cuando eventualmente se llega al punto en que los paradigmas en los que se sostenía la identidad de la persona se desvanecen, dejándolo vulnerable e intentando sostener lo insostenible.
Cuanto más nos aferremos a sostener los viejos conceptos más sufriremos, porque lo que viene llegando es imparable. Más Seres Humanos conectados a su Yo Superior, a las altas esferas de los Registros Akáshicos, resta espacio para que las mentiras, los egos inferiores y la necesidad de controlar a otros se manifiesten. Los tiempos de creerse superior por la experiencia de vida, de que otros hagan lo que yo creo que es mejor para ellos, el criticar o juzgar los caminos de los demás, ponerse en rol de víctima y ceder nuestro Poder han terminado.
La pronta comprensión de que cada Ser, por libre albedrío escoge exactamente dónde y con quién quiere compartir y lo que quiere compartir nos evitará sufrimientos futuros.
Las palabras mágicas son Tolerancia, temple y Desapego.
Es tiempo de elevarse. Todos somos maestros de todos. Todos estamos en la misma escuela Planeta asistiendo al Plan Divino. Todo lo que desde ti puedas generar para hacer elevar tu propia resonancia y la de los demás es parte de la Era de Acuario. Suelta patrones de dependencia emocional y psicológica. Suelta todo concepto limitante y que restringe la Luz de tu Espiritu. Suelta y perdona a tus ancestros, hicieron lo que pudieron con el nivel de conciencia que tenían y no te olvides que lo que has experimentado aqui fue por contrato álmico. Aléjate de relaciones tóxicas que sólo quieren alimentarse de tu Poder. No cedas, bajo ningún punto de vista, tu Poder Interior.
Arrímate a aquellos que deseen tu expansión, tu crecimiento, y que celebren tu luz, tus logros y todas las herramientas que puedas poner al servicio por el mayor bien.
Lo más importante es el mensaje, no el mensajero. El mensaje es expandir la luz del conocimiento para TODOS, no hay elegidos, ya no más. Sigue tu corazón, afina la intuición porque esa es tu voz más sabia.
Tú eres y siempre seras tu mejor y más grande Maestro.